Emociones: Diferentes perspectivas y concepciones

Por: Flores Hurtado José Alejandro

Las emociones han sido un objeto de estudio por muchos años, dentro de la psicología juegan un papel importante en el estudio de los seres humanos, y aunque cada área pone un énfasis diferente es más útil remarcar  la unión que existe en cada concepción; por ello se pretende abordar la concepción de las emociones desde dos campos diferentes, la sociología de las emociones y la neurociencia de las emociones.


Cada enfoque (en cualquier tema de estudio) propone siempre una manera de ver el mundo, es valioso detenerse a pensar y estudiar lo que cada área o enfoque dice, pero es aun mas valioso reunir todos los elementos para formar un conocimiento unitario, y de esa manera entender mejor cualquier fenómeno; en el mundo de las emociones existen distintas maneras de ver como se relaciona el individuo en su ambiente, por lo que debe observarse a quien observa la emoción, y su manera de observar, primeramente la sociología de la emociones postula que las emociones son producto de la cultura, las instituciones, una situación social, loa interacción y la socialización, es decir, lo que la sociología de las emociones postula es que las emociones son producto del interjuego entre una semántica (como las mencionadas anteriormente) y el individuo, también con las relaciones entre individuos a mayor o menor escala (García, 2019). 

La sociología de las emociones es la parte del universo del estudio de las emociones que distingue como emoción todo aquello que puede producirse mas allá de los individuos y en una vertiente social; estudia al organismo (al ser humano) pero no desde una perspectiva individual, por lo que García (2019) menciona que si hay alguna referencia al cuerpo, se trata de un cuerpo social, que en contraposición a la neurociencia de las emociones aquí se producen emociones sociales, no se reduce a hablarse de músculos o nervios, ni a procesos cerebrales.

Por otra parte, la neurociencia de las emociones observa el fenómeno emocional desde una perspectiva individual, para esta postura las emociones no son productos naturales, es decir, para los neurocientíficos (de manera general) las emociones aparecen causadas por necesidades del organismo detonadas internamente o por acontecimientos externos, en pocas palabras, son señalizaciones y reacciones formadas a lo largo de milenios (como resultado de la evolución) que han resultado útiles para la subsistencia de la vida.

Para la neurociencia de las emociones si existe el entorno social, pero como un detonante de las emociones, no como su productora, y es en este momento cuando se hace la principal distinción entre ambos campos de conocimiento, según García (2020): “para la sociología de las emociones el entorno es el cuerpo con su cerebro, vísceras y sistema músculo esquelético; lo que se distingue como relevante para la explicación de la emoción es precisamente lo que aparece como entorno para la neurociencia de las emociones, a saber, la cultura, la interacción, la socialización”, lo anterior supone distinción, pero también unidos, es decir, estos intentos de explicar a las emociones se pueden concebir como complementarios.

Para unir ambas posturas es preciso hablar de dos neurocientificos que aceptan que la sociología de la emociones es clave para entender al individuo, y se habla específicamente de ellos dos porque son los únicos que hacen un intento por juntar a la neurociencia y a la sicología para formar una definición, por un lado Antonio Damasio postula que las emociones son “programas de acción razonablemente complejos”, por lo que las emociones aparecen de forma evolutiva para la supervivencia, bienestar y equilibrio de los organismos, aparecen antes de la consciencia, y afirma que existen emociones sociales, emociones que fueron denotadas en situaciones sociales y tienen un papel en la vida de los grupos sociales, también operan como programas estereotipados (porque las emociones son programas de acción que se vuelven estereotipos) y muchas de ellas son recientes evolutivamente hablando y otras pueden ser exclusivamente humanas, por lo que distingue entre emoción y sentimiento, las emociones pueden ser a manifestadas de forma inconsciente y en cualquier especie, pero solamente los humanos podemos tener sentimientos, ya que aunque las emociones son productos del cerebro-cuerpo es el ser humano quien las vive y asocia con la memoria y la percepción, mientras que la cultura y la sociedad las convierten en asociaciones históricas.

Por otro lado, Joseph LeDoux (el segundo neurocientifico) postula que las emociones son circuitos de supervivencia no conscientes, pero que requieren de un mecanismo cognitivo para entender que no solo pueden ser simples circuitos. Para él las emociones son simplemente ideaciones culturales que se utilizan para interpretar estados corporales diversos, de acuerdo con Gracía, para LeDoux: “las emociones son los estados provocados por los circuitos de sobrevivencia que existen, así como también las palabras para etiquetar esos estados que sentimos y vemos en otros/as. No obstante, “las palabras no son los estados”,  los circuitos de sobrevivencia tienen una “fundamentación innata en una especie, y es  por ello que proveen por lo menos de algunas señales universales que son la base para la interpretación cognitiva, por lo tanto las emociones son etiquetas creadas socialmente en cada cultura y momento histórico, y, por ende, son variables para cada sociedad y momento histórico.

 Ambos autores están de acuerdo en que las emociones suceden de manera innata y para la supervivencia del individuo, requieren de un aprendizaje y detección de estímulos que se consigue a través de la interacción con el medio, con la cultura y la sociedad, finalmente hay que decir que desde la perspectiva de la neurociencia de las emociones, la sociedad no es un factor externo que determina el comportamiento, sino algo que se origina en el propio individuo y forma parte de su memoria, esa formación depende de la reiteración de los contextos sociales y de los modos de seleccionar y apreciar ese entorno social, por lo que el fenómeno de las emociones no debe ser visto (ni explicado) desde una sola perspectiva, ya que hacer eso puede resultar interesante, pero no enriquecedor para entender cualquier fenómeno del mundo.

Referencia:

García Andrade, A. (2019).  Neurociencia de las emociones: la sociedad vista desde el individuo. Una aproximación a la vinculación sociología-neurociencia. Sociológica (México.). 2019, vol.34, n.96, pp.39-71. ISSN 2007-8358. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/pdf/soc/v34n96/2007-8358-soc-34-96-39.pdf


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